12 enero 2010

Las alas de mi vida: Yo soy tú y tú eres yo.


Lucy sacó de su ensoñación a Gadreel cuando se puso en pie y, mirandole directamente a los ojos, sin ningún tipo de expresión o sentimiento en los suyos, le dijo:

-"Creo que va siendo hora de que me expliques qué es exactamente lo que debo hacer como Isska, qué es lo que se espera de mí, cómo debo actuar...y sobre todo, explicame qué es lo que debo hacer con esto."

Gadreel se sorprendió de no ver sentimiento alguno en Lucy, ni siquiera la tristeza que anteriormente hubo percibido. Miró hacia el lugar al que Lucy señalaba, no conseguía ver nada, no sabía a qué se refería.

-"¡¿Esque no lo ves?!"-gritó.-"¡Mírame! ¡Soy un monstruo!"- y abrió sus nuevas alas para que Gadreel pudiese contemplarlas.

Gadreel se quedó boquiabierto. Sabía que ella estaba destinada a convertirse en un ángel desde el día en que se convirtió en Isska pero, aún así, le costaba mucho creer que eso había sucedido.
Lucy rompió a llorar. De repente, volvía a mostrar sus sentimientos. Y él pudo percibirlos sin ningún problema. Se preguntó por qué momentos antes no pudo hacerlo y ,mientras tanto, Lucy cayó rendida al suelo.

-"¡Nadie me ha preguntado qué opino de esto! ¡Nadie se ha preocupado por mí, por lo que siento...! Creía que tu mundo era un mundo sin dolor, sin pena, un mundo de bondad..."

Gadreel se acercó a Lucy y alargó la mano en un ademán de consolarla. Pero ella lo rechazó asiendolo por la muñeca.

-"No vuelvas a tocarme, ¿me oyes?"- le dijo apretando cada vez más-"Vamos a hacer lo que haya que hacer y después quiero tener a Galor de vuelta a mi lado, no quiero volver a verte a jamás."-soltó su muñeca, se dió la vuelta y enjugó sus lágrimas con las manos.
Esperaba una respuesta por parte de Gadreel. Esperaba la típica broma de su parte, pero no la obtuvo.Entonces se dió la vuelta y le espetó:

-"¿No vas a decir nada?"-se acercó más, quería ver que al menos la había escuchado.

Él se sujetaba la muñeca que Lucy le había agarrado, con la otra mano. Entonces se dió la vuelta y le dijo:

-"Bien. Vendrás conmigo, ya que ahora puedes hacerlo. No lo sé todo, Isska, he de preguntar cual es el plan a seguir. Sígueme."

Gadreel abrió sus alas y una potente luz le hizo desaparecer. Lucy sabía lo que tenía que hacer, no sabía cómo, pero lo sabía. Así que abrió sus nuevas alas, cerró los ojos y pensó en Gadreel.

Ya estaba allí. Él estaba justo en frente suyo, dándole la espalda y sin mirarla le dijo:

-"Bienvenida a mi mundo. Sígueme."- y hechó a andar.

Lucy le siguió. Aunque ahora fuese un ángel, no se había desprendido de algunas cualidades humanas, la curiosidad aún latía en su pecho. ¡Estaba en el cielo! ¿Cuántas personas podrían ver el cielo durante su vida? A cada paso que daba, los ojos se le abrían casi automáticamente. Se sorprendió al ver que el suelo que pisaba no estaba hecho de nubes, sino de piedra. Un largo camino de piedra se extendía frente a ella hasta donde le alcanzaba la vista. Era una piedra de un color blanco reluciente, casi se podría decir que conseguía cegarla. No vió nubes, ni siquiera vió otros ángeles, ni santos, ni nada por el estilo. Únicamente estaban el camino, Gadreel y ella.
De pronto él se paró. Se dió la vuelta y se dirigió a ella:

-"Ahora que eres uno de los míos, has de recordar que cuando Padre te hable, debes escuchar. No puedes hablar hasta que Él te de la palabra. Debes arrodillarte ante Él en cuanto estés frente a su trono. Te arrodillarás sobre una rodilla, guardarás tus alas y no le mirarás a la cara. ¿Has entendido?"

-"Sí."- le contestó.

Gadreel hizo un gesto con la mano, como si corriese una cortina, y apareció una puerta ante ellos. No era una puerta dorada como Lucy siempre había imaginado, era una especie de arco de piedra, también blanca, como la del camino. Tenía unas letras talladas. Lucy se dió cuenta de que no eran letras sueltas sino, palabras, palabras en un idioma que ella no conocía.
Gadreel atravesó la puerta y ella le siguió. Esta vez sí vió ángeles. Estaban agolpados a los lados del pasillo que conducía hasta el trono, observándola meticulosamente. Sintió un escalofrío, no le gustaba sentirse observada. Conforme avanzaban por el pasillo, la luz parecía hacerse más fuerte y se fijó en que los ángeles que se iba encontrando, eran cada vez más bellos y sus alas parecían más grandes. Éstos últimos ángeles no parecían como los otros, de hecho, no la observaban, iban de un lado para otro leyendo manuscritos y parecía que no se percataban de la presencia de ninguno de los dos. Sin embargo, Gadreel se paraba cada vez que veía a alguno y le hacía una reverencia. Pero ellos no le correspondían.

-"¿Quienes..."-Lucy no pudo terminar de preguntar, Gadreel le tapó la boca.

Lucy entendió que tal vez no podía hablar delante de ellos, a lo emjor era para no desconcentrarles. Así que, siguió a Gadreel sin decir nada más.
Por fin llegaron ante el trono. Gadreel se arrodilló sobre una rodilla, guardó sus alas y miró al suelo. Lucy hizo lo mismo casi inmediatamente. Y Él habló.

-"¿Por qué Isska se arrodilla ante mí?"-se oyó un murmullo procedente de los ángeles que se encontraban sentados alrededor del trono de Dios. Lucy recordó que no debía mirarle justo a tiempo, casi levantó la vista por la sorpresa ante esa pregunta.

Él volvió a hablar:

-"¿De qué os sorprendeis? ¿No es acaso digna de ser admirada aquella que fue creada a partir de la misma materia de la que yo fui creado? Por tanto, os digo, si me alabais a mí, con ella debereis hacer lo mismo."-el murmullo cesó. Los ángeles sabían de lo que estaba hablando. Y obedecieron y se arrodillaron ante Isska.
Él extendió su mano a Lucy y le dijo:

-"No tengas miedo de mirarme a los ojos. Tú eres yo y yo soy tú. Puedes por tanto mirarme y dejar de arrodillarte." - y Lucy le cogió la mano y se levantó y observó algo que no podría explicar con palabras humanas. Y entonces le dijo:

-"Ruh le Soz et Soz le Ruh."-se volvió para mirar a Gadreel que seguía arrodillado y mirando al suelo.

-"Ve. Pues no soy yo quien debe decirte lo que debes hacer."-le dijo. Y se dirigió después a Gadreel-"Ve con Isska. La has cuidado bien y te lo agradezco. Ahora sirvela igual que has hecho conmigo."-dicho esto, soltó la mano de Lucy y ella y Gadreel volvieron al apartamento de ésta. Ninguno de los dos dijo ni una sola palabra. Lucy se sentía extraña y parecía como si Gadreel ahora tuviese miedo de ella.

1 comentario:

  1. Haberrrrrrrr k locura, madre mia!!!!
    Me gusta el giro k ha dado la historia, yo pensaba k iba a ser un angel mas, pero no... k es?? k es??? jejeje.

    Ale mañana mas y mejor

    ^^

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