26 enero 2010

Las alas de mi vida: vieja amiga

Tendidos en la cama, Gadreel y Lucy sentían estar en el cielo. Las caricias, los abrazos, los besos, formaban una sinfonía imposible de descifrar para el oído humano.

De pronto, un ruido en la cocina les hizo recobrar la razón. Gadreel se levantó y se puso a andar en dirección al ruido. Lucy le paró, poniéndose en frente de él y, casi sin comprender lo que pensaba , se lo dijo:

-"Sé quién es. Y no es una amenaza por mucho que algo en mi interior me lo diga."

Gadreel, cogiéndole la mano a Lucy, le dijo:

-"Ahora que eres Madre Isska eres capaz de percibir, de ver sin tener que abrir los ojos. Si tu sensación es que es una amenaza, seguramente lo sea, no deberías arriesgarte...arriesgarnos a todos. Iré yo."-y se adelantó pero, una vez más, Lucy le detuvo.

-"Vamos juntos."- le pidió. Y Gadreel aceptó.
Se acercaron y allí estaba.Lucy esbozó una sonrisa a la vez que algunas lágrimas de felicidad caían por sus mejillas. Se acercó más y abrió los brazos en señal de recibimiento. No pudo evitar llamarla:

-"¡Galor! Galor, ¿dónde te escondías? ¡Te echado tantísimo de menos...! ¡Abrázame Galor!"

Pero no se acercó. Se quedó allí de pie, sonriendo, con una mueca siniestra que a Gadreel le hizo sospechar. Agarró a Lucy por los hombros y la obligó a ponerse tras él. Lucy no conseguía encajar las piezas del puzzle. Sabía que Galor era ahora un demonio pero, fue engañada por Amira, no fue su culpa. Ella misma se había recluído en un lugar apartado para no hacer daño a Lucy. entonces, ¿por qué Gadreel intentaba protegerla de ella?
De pronto, Galor habló, dirigiéndose a Gadreel en primer lugar:

-"Sí que la amas...¿no te traerá eso repercusiones? ¿sabe tu padre lo que has hecho con Madre?"- soltó una carcajada y prosiguió: -"¿De veras crees que eres diferente a mí? Padre perdonó tu soberbia, no una sino dos veces, y aún así, te ves diferente...claro que, a tí no te han castigado. Me pregunto por qué. ¡¿Por qué a mí sí y a tí no?!"- sus ojos se encendían cada vez más.

Gadreel sentía que galor tenía razón, sabía que era así. Ni siquiera él comprendía por qué su padre le había perdonado tanto. Y, en cierto sentido, sentía pena por Galor. Pero no estaba dispuesto a permitir que hiciese daño a Lucy. Siempre la había protegido y esta vez no sería diferente, aunque Galor tuviera que ser el blanco de su ira.

-"¿A qué has venido Galor? ¿Qué esperas hacer? No podrás vencer a Madre, lo sabes, y antes que a ella, deberás intentar vencerme a mí." -le dijo amenazando.

Sin embargo, Galor no hablaba, ni siquiera estaba escuchando. Estaba nerviosa. Se sujetaba la cabeza con ambas manos y, en lo que parecía un intento por deshacerse de sus pensamientos, cerraba los ojos con fuerza.

Lucy se dió cuenta:

-"Déjame a mí."- le pidió a Gadreel-"yo la calmaré".
Se acercó a ella, seguida por Gadreel, que se negaba a dejarla sola y expuesta al peligro.
Cada paso que Lucy daba parecía quemar las entrañas de Galor, que se retorcía en todas direcciones.

-"No puedes tocarla. No, si no quieres hacerla daño"-le dijo Gadreel, agarrándole la mano que Lucy acababa de extender.

De pronto se dió cuenta. Eran diferentes. Los ojos de Lucy se llenaron de lágrimas al pensar que, Galor tal vez ya no volviese a ser la misma. Mientras la trsiteza le invadía, recordó los momentos vividos junto ella que, aunque escasos, fueron divertidos y queridos...muy queridos. Abrió los ojos, Galor la estaba observando. Casi podría decirse que aún albergaba sentimientos de arrepentimiento en su interior. Lucy, observando la mirada de Galor, pensó que si ella era ahora Madre Isska y estando supuestamente creada a partir de la misma materia de la que está creado su padre, quien la castigó, ella podría perdonarla. Podría perdonarla y todo volvería a ser como antes.
Gadreel intuyó lo que Lucy quería hacer. No se sorprendió, pues, al fin y al cabo, ella podía hacer y deshacer aquello que le viniese en gana. Pero había ciertas reglas que ella aún desconocía. Tenía que explicarselas, decirle cómo debía hacer lo que quería hacer. Y, sin el consemiento de ella, la envolvió en sus alas, y se la llevó de allí. Necesitaban hablar. Necesitaban un lugar apartado de Galor.

1 comentario:

  1. HOLA NENA ME ENCANTO TU BLOG Y QUISERA VER SI AFLIAMOS PASA POR EL MIO PLISS KISSES http://secretosdelamanecer.blogspot.com/

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