05 julio 2009

Las alas de mi vida: buscando un trabajo


A la mañana siguiente, Lucy se despertó temprano para ir a buscar un trabajo.
Galor había pasado toda la noche con ella, para asegurarse de que nadie volviese a atacarla. A pesar de ser un tanto torpe, se tomaba muy en serio su obligación de protegerla.
Mientras Lucy desayunaba, Galor le planeaba el día:

-"Primero, terminarás de desayunar. Te darás una buena ducha y después te vestirás adecuadamente para asistir a una entrevista de trabajo. En cuanto salgamos de allí, nos volveremos derechitas para casa y esperaremos a Amira para que nos diga si ya ha descubierto quién fue el que te atacó. Y después...."
Lucy no le dejó terminar: -"¿Estás diciéndome lo que debo hacer? ¿Qué eres, mi madre?"
-"¿Por qué siempre discutes conmigo? Sólo quiero lo mejor para tí..."
-"Lo que yo decía....mi madre. Galor, no te preocupes, no creo que a plena luz del día y en la mismisima calle me ataque ningún demonio."
-"Un demonio puede que no. Pero hay humanos."
-"ffff...si tuviese que preocuparme por eso cada día, no saldría de mi casa, ¿no crees? Bien, me vestiré e iremos juntas si te quedas más tranquila, pero por favor, no intentes planearme toda la vida."
Galor sonrió. Estaba contenta porque Lucy había aceptado su compañía para ese día.
A lo largo del día, Lucy buscó y buscó trabajo en empresas similares a la que estuvo pero no encontró nada, ni un solo puesto libre. Parecía increíble que, después de haber trabajado en una de las mejores empresas del sector, nadie quisiera contratarla. De pronto lo comprendió. William tendría algo que ver en todo esto.
Galor le preguntó a Lucy qué era lo que le preocupaba y ella se lo explicó. Sugirió ir a alguna cafetería para hacer un descanso.
Cuando entraron a la cafetería, Lucy notó de nuevo ese olor, el que caracterizaba a Gadreel.
-"¡Está aquí!"-pensó.-"Pero si estoy con Galor...se descubrirá." Miró instintivamente hacia la barra, exactamente hacia el asiento en el que él estuvo sentado el primer día que lo vió. Y se dió cuenta de la casualidad, era la misma cafetería. Y ahí estaba él. Lucy se dirigió a la barra, justo a su lado, a pedir un café.
-"Hola Lucy, mucho tiempo sin vernos ¿no crees?"-le saludó él.
Lucy no contestaba, ni siquiera le miraba.
-"¿Te da miedo parecer una loca que habla sola? ¡ja ja ja! ¡vamos Lucy, esta ciudad está llena de locos!"
Lucy entonces le susurró: -"¿Cómo es que Galor no se da cuenta de tu presencia? ¿sabes que te estás arriesgando?"
-"Mmm...ya veo, te preocupas por mí ¿eh? Al final has decidido confiar en mí. Galor no se da cuenta de que estoy aquí porque aún es muy joven. Quiero decir, es un ángel recién creado, así que hay muchas virtudes y cualidades que ella aún no posee. Lo que me sorprende y me aterra a la vez es que a alguien tan importante como Isska le asignen un ángel tan joven."
-"Vaya, así que ...¿sólo soy importante porque soy Isska?"-preguntó, con el ceño fruncido.
-"Mira, eso ahora no importa. Toma esto ."-le dijo , entregándole una nota-"leelo atentamente. Es lo que he podido ir descubriendo. Ya sabes cómo llamarme."
-"¡Y se va! ¡Así, sin más!"dijo, enfadada.
Galor se aproximó a ella y le preguntó con quien hablaba. Lucy se limitó a mirara hacia otro lado, ya había bastante gente en el local que le miraba pensando que estaba loca.
Entonces vió un cartel que decía: "SE NECESITA CAMARERA. RAZÓN AQUÍ."
Pensó que era una especie de señal enviada por Gadreel así que ,señaló el cartel con la cabeza para que Galor pudiese verlo.
-"Eso no estaba antes ahí". -dijo Galor, extrañada.
Lucy sonrió y se dirigió al camarer4o que se encontraba en la barra.
-"Disculpe. Estoy interesada en la oferta de empleo."-le dijo.
-"¿Sabes hacer algo más que hablar con seres imaginarios?"-le contestó él.
Lucy se sonrojó y agachó la cabeza.-"Bueno...¿podría hablar con el jefe o jefa?"
-"Jefe"-dijo él-"y ya estás hablando con él. Escucha, no me importan tus conversaciones a solas, me importa que hagas bien tu trabajo. ¿Crees que podrás hacerlo?"
-"Bueno, he sido arquitecta, no creo que esto sea muy difícil" -dijo, sonriendo y con sarcasmo.
-"Mira preciosa, te aseguro que esto es mucho más estresante. Y si de verdad estás interesada en este empleo, no lo subestimes simplemente porque hayas sido arquitecta. Si ya no lo eres será por algo, ¿no?"
-"¿Cuando podría empezar?" -preguntó.
-"Estate aquí mañana a las 6"-le contestó, con una sonrisa, satisfecho.
-"Bien, entonces hasta mañana a las 6."-se dispuso a marcharse pero se dió la vuelta-"¿cómo se llama mi jefe?- le preguntó.
-"Dan. Encantado....¿y tú cómo te llamas?"
-"Lucy."
-"Está bien Lucy, prepárate para mañana."
Salió con Galor de la cafetería para volver a casa.
Cuando llegaron, Lucy no veía el momento de que Galor se marchase por fin y así pudiese leer la nota que Gadreel le entregó.
Cuando se acostó en la cama, Galor hizo lo mismo, a su lado. Lucy le pidió que la dejase sola esa noche y Galor no entendía por qué.
-"Bueno...no vas a estar siempre conmigo ¿no? De vez en cuando, la gente necesita estar sola. Intimidad y esas cosas..."
-"Se supone que tengo que estar contigo en todo momento. Si no, ¿cómo voy a protegerte?"
-"Hasta hace poco, no os veía, ni siquiera os sentía. No creo que Gadreel estuviese todo el tiempo conmigo. No creo que ningún guardián esté todo el tiempo con su protegido..."
-"Pero yo soy nueva y ya he perdido a dos protegidos por no estar con ellos en todo momento. Y tú no eres un simple protegido. Eres Isska. Me han otorgado una responsabilidad muy grande y no pienso dejarte sola ni un momento."
Lucy pensó que no podría escapar nunca de Galor. Así que, se resignó y se levantó de la cama para ir al baño.
-"¿Adonde vas?"-preguntó Galor.
-"¿También vas a seguirme al baño?"
-"¿He dicho algo que te haya molestado? Parece que estés enfadada conmigo."
-"¿Me lo preguntas a mí o se lo preguntas a Isska?"- y cerró la puerta del baño de golpe.
Se sentó en la taza del baño y se dispuso a leer la nota.

Galor, sentada en la cama, decidió que tenía que hacer algo para conseguir más virtudes y así, poder cuidar mejor de su protegida.
Cuando Lucy salió del baño, intentando no mostrar en su rostro la sorpresa que sentía por lo que acababa de leer, se dió cuenta de que Galor no estaba. Pensó que a lo mejor, había decidido concederle algo de intimidad. Así que, no le dió más importancia y se echó a dormir.

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