01 mayo 2009

El cazador de almas: la entrevista.

-"Espero que no te importe Karen pero, he terminado de cenar mientras estabas ahí arriba".-dijo Patrick en el momento que notó que ella bajaba el último peldaño de la escalera.
-"En absoluto. ¿Podemos empezar ya con la entrevista?. No me encuentro demasiado bien y me gustaría poder volver a mi casa cuanto antes." -dijo ella, apresuradamente.
Entonces, Patrick se giró para mirarla y, sonrió al ver la cara de Karen. Estaba realmente asustada.
-"Por supuesto, empecemos". -dijo, al tiempo que se adentraba en otra habitación de la casa y le hacía un gesto a Karen para que le siguiera.
Los ojos de Karen se abrieron enormemente al llegar a la estancia y ver algo que no se esperaba allí, en esa casa, de ese hombre....
Era como una especie de "segundo salón" , pero éste era más amplio. Y más cálido. Tenía, además, cierto toque femenino. Como si lo hubiese decorado una mujer. Tal vez esa mujer, la que estaba retratada en el cuadro que presidía la estancia. Eso fue lo que hizo que los ojos de Karen se abriesen así. Era un cuadro enorme, que se veía nada más entrar al salón. El lienzo era tan alto como una persona. Quien lo mandó pintar, desde luego, pidió que estuviese hecho a tamaño real. Pero, ¿quién era esa mujer?. -"Es tan hermosa...¿quién es?" -preguntó Karen, sin dejar de contemplar el cuadro.
-"¿Vas a malgastar tus preguntas así?" -dijo él, mirando a suelo, visiblemente abatido.
-"Siento haberte preguntado por ella"-dijo Karen, dándose cuenta de que tal vez, aquella pregunta le había hecho recordar algún momento doloroso. Pensó que, aquella mujer era entonces, alguien importante en la vida de Patrick. Pero, ¿qué mujer querría estar con este hombre? -"De acuerdo, es atractivo y educado y tiene pinta de ser el perfecto caballero y además tiene mucho dinero pero, sus palabras, sus gestos, sus intenciones de encerrarme aquí...no creo que ninguna mujer estuviese a gusto con él" -pensó.
-"No te preocupes, no me molesta que me preguntes por ella. Simplemente es que, creo recordar que la entrevista iba a tratar sobre mi...profesión"- dijo él, mirándola a los ojos y con semblante serio. -"Por favor, póngase cómoda para trabajar"- le dijo, señalando uno de los asientos antiguos, estratégicamente situados junto al fuego.
A Karen le molestó que, él le ofreciese "ponerse cómoda para trabajar" en, precisamente, el asiento que daba la espalda al lienzo. Estaba claro que no quería que ella hiciese más preguntas sobre esa mujer.
Decidió que empezaría la entrevista con una preunta sencilla, para calmar un poco la tensión que se respiraba en esos momentos. Tomó su grabadora para comenzar a trabajar y preguntó:
-"Patrick, ¿cuál es exactamente tu trabajo?".
-"Robar almas"- dijo, muy tranquilo, como si fuese algo normal.
-"Y...¿ya está?. ¿No podrías decirme en qué consiste exactamente?" -dijo ella.
-"Bueno, no ha sido eso lo que me has preguntado Karen" -le espetó.
-" Patrick, mira...sé que esto es trabajo, ¿de acuerdo? pero, podrías estar un poco más...agradable. Has sido el perfecto caballero desde que atravesé esa puerta" -dijo, señalando la puerta de entrada de la mansión- "exceptuando algunas cosas, y de repente, simplemente por una pregunta, te has vuelto un tanto desagradable conmigo."
-"Lo siento, tienes razón."-dijo.
-"Bien, entonces, ¿ en qué consiste exactamente tu trabajo?" -continuó.
-"Exactamente, cazo almas. Pero es algo más complicado que eso." -dijo, esperando una nueva pregunta.
-" A lo mejor debería empezar preguntandote por qué decidiste darte a conocer, ¿no afecta eso a tu trabajo? ya sabes, la gente...las almas huirán de ti ahora que saben quien eres y lo que haces".
-"Bueno, en cierto sentido juego con ventaja. Verás, en pleno siglo veintiuno, la gente no cree en estas cosas. Piensan que soy un loco que simplemente va a la televisión para ganar algo de dinero. Y, como no me creen, no huyen. Además, ahora soy famoso-soltó una carcajada-y la gente ansía conocerme. Igual que tú." -dijo.
-"Sí, tal vez tengas razón. Pero yo no ansío conocerte. Yo lo único que he venido a hacer aquí es salvar mi carrera." -dijo ella tajantemente.
-"Vaya, ¿quién es ahora la que está desagradable?" -dijo él.
-"Está bien. Sólo quería dejar las cosas claras". -dijo, y continuó "¿cómo te convertiste en lo que eres hoy?"
-"¿Lo que soy? ¿no soy una persona para ti?"
-"emmm...perdona, me refería a tu profesión"-dijo, un tanto preocupada por haberle molestado, al fin y al cabo él también tenía sentimientos...
Patrick alzó la mirada hacia el cuadro que tenía enfrente, el cuadro en el que estaba retratada la mujer por la que Karen había preguntado hacía unos momentos. Él había sentado a Karen de espaldas al cuadro por una razón. Quería comprobar cuánto se parecían ella y su ya desaparecida amada. Allí, frente a él, se encontraban dos mujeres, una, ya inerte. La otra, allí sentada, aún palpitando su vida...Las dos de pelo rubio y ligeramente ondulado, mejillas sonrosadas. Los ojos de Karen tenían la misma dulzura que los de la mujer retratada.
-"Patrick, ¿te encuentras bien? ¿podemos seguir con la entrevista o...vas a echarme de tu casa por lo que acabo de decirte?"-dijo ella, nerviosa.
Patrick la miró, dulcemente. Karen no había visto esa mirada tan humana en él desde que llegó. Se levantó de su asiento, se acercó a ella, tomó su cara en sus manos y, acariciándo su rostro, con los ojos a punto de llenarse de lágrimas, le dijo: -"Lily..."
Karen tomó entonces una de sus manos y, sin poder dejar de mirarle a los ojos, se sintió amada como nunca antes...-"Patrick..." -pensó. Sentía sus cálidas caricias en su rostro, era algo tan especial...de pronto, reparó en que no la nombró a ella. -"Patrick, ¿quién es Lily?-preguntó apartando la mirada y dirigiéndola al suelo, en un gesto que denotaba su triateza por ese malentendido.
Él, apartando sus manos del rostro de Karen y retrocediendo, como si se hubiese quemado de repente, volvió a sentarse en su asiento y, cuando se hubo recompuesto, le dijo: -"Querías saber quién era ella. Su nombre era Lily."
-"¿Quién era Lily, Patrick?" -preguntó ella, buscando su mirada. -"¿Por qué de repente me hablas de ella?"-le dijo. -"¿Por qué la has visto en mí? ¿Por qué me acariciaste pensando en ella?" -pensó, mientras esperaba respuesta por parte de su interlocutor.
-"¿ Es esto necesario para el libro?" -dijo, levantándose de su asiento de nuevo, esta vez para servirse una copa. -" Se hace tarde, tal vez debería acostarme ya. Y tú deberías hacer lo mismo."
-"Aún no hemos acabado la entrevista. Mi editor te pagó cierta cantidad para que me concedieras esta oportunidad, así que, creo que deberías ser más profesional, Patrick."- dijo ella, visiblemente enojada por lo que acababa de escuchar.
-"No te preocupes Karen, puedes quedarte a dormir esta noche, ya sabes que Trude preperó una cama para tí. Mañana continuaremos con esto. Puede que mañana descubras por qué necesito descansar."-dijo él tras tomarse la copa de un trago.
-"De acuerdo. Me quedaré. Pero mañana terminaremos con esto y me iré a mi casa." -dijo ella. -"Buenas noches, Patrick, espero que descanses." le dijo burlonamente y, cuando miró, Patrick ya no estaba allí. En su lugar, estaba Trude, esperando a Karen para acompañarla a su dormitorio.

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